Al igual que muchas fiestas de nuestra cultura, las fiestas de la Roma antigua tuvieron su origen en la religión, aunque ellos no distinguían entre fiestas religiosas y profanas. Tal división se produjo con el nacimiento del cristianismo y la paulatina adopción de esta religión por los pueblos paganos.
DICIEMBRE (DECEMBER):
Recibe su nombre por ser el décimo mes en el antiguo calendario romano. Durante este mes se celebraban las fiestas más explosivas y transgresoras, multitudinarias y populares del calendario romano, las Saturnales o Saturnalia,, en conmemoración de la mítica Edad de Oro en la que reinaba Saturno.
Era una celebración muy antigua centrada en el solsticio de invierno, es decir, en la posición astronómica del sol. A mediados de diciembre, los días son muy cortos (en el Hemisferio Norte) y, después del solsticio, empiezan a alargarse de nuevo. En la Antigüedad, imaginaban que el sol se hacía viejo, hasta morir, y que después nacía un niño Sol.
En el Imperio Romano, la fiesta del solsticio o nacimiento de los dioses del sol era el acontecimiento social más importante del año y duraba del 17 al 23 de diciembre. Se veneraba a dos dioses: Saturno (Cronos griego), el dios de la agricultura y las cosechas, y el Sol Invencible (Sol Invictus), cuyo nacimiento se celebraba el 25 de diciembre. Las dos fiestas trataban de la familia, la fertilidad, el cambio, la renovación, la protección y el nuevo ciclo de la vida.
SATURNALIA:
Probablemente las Saturnales fueron la fiesta que celebraba el final de los trabajos del campo, tras concluir la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano. Son fiestas romanas en honor de Saturno que, expulsado por Zeus del Olimpo, se instaló en el Capitolio, en el emplazamiento de la futura Roma, fundando la ciudad de Saturia. Fue acogido por un dios más antiguo que él, Jano, el de las dos caras, que preside el nacimiento del nuevo año que se aproxima.
Las fiestas de Saturnalia comenzaban oficialmente el 17 de diciembre y su duración fue cambiando a lo largo de los años. Al principio, era un día pero cada vez se fue haciendo más larga. A finales del siglo I, duraban una semana.
Cuando las tareas en el campo se terminaban y llegaba la noche más larga del año, los romanos se relajaban, colgaban la toga en el armario, se vestían de forma informal y se olvidaban por unos días de las reglas que les oprimían durante el resto del año. La fiesta empezaba en el templo de Saturno en el Foro romano donde se liberaba a la estatua del dios de la cinta de lana que lo ataba durante el resto del año para impedirle abandonar Roma., se hacían sacrificios al dios y un banquete público (lectisternium) al grito multitudinario de “Io, Saturnalia”.
Esa era la versión oficial de la fiesta, pero el pueblo, a lo largo de los siete días que van del 17 al 23 de diciembre, también celebraba la fiesta de forma no oficial: toda Roma se volvía loca durante las fiestas y la gente se deja llevar por todo tipo de placeres.
Las Saturnales eran como celebrar la Navidad y el Carnaval a un mismo tiempo Los romanos salían a la calle a bailar y cantar con guirnaldas en el pelo y hacían largas procesiones con velas encendidas. También se tenía la costumbre de visitar a los amigos y parientes e intercambiar regalos como fruta, nueces, velas de cera de abeja y pequeñas figuritas hechas de terracota. Con el tiempo, en parte debido a la influencia griega, fue común agradecer con un regalo en dinero a los amigos y a todas las personas a quienes se debía algún favor.
Eran el carnaval de los romanos: se jugaba al mundo al revés y se ridiculizaban leyes y cargos públicos: los esclavos actuaban como amos y los amos como esclavos. Incluso se les dejaba usar las ropas de su señor. Los hijos también invertían los papeles con sus padres y pasaban a ser los jefes de la casa. Además, cada familia tenía que elegir un Rey de la Saturnalia, que podía ser un niño.
El dulce de esta celebración eran unas tortas redondas hechas con higos, dátiles y miel que se repartían por igual entre libres y esclavos. Ya en el siglo III, en el interior del dulce se introducía un haba seca y el afortunado al que le tocaba era nombrado rey supremo de las Saturnalia durante un corto periodo de tiempo. Ese “rey de mentira” presidía las fiestas, y se le tenía que hacer caso a sus órdenes, por muy extravagantes y absurdas que fuesen. El dulce, sin duda, es el antecedente de nuestro Roscón de Reyes.
En la ciudad reinaba una alegría desmesurada: se suspendían las sesiones del Senado, se cerraban los tribunales y las tiendas, había vacaciones en las escuelas, se aplazaban las ejecuciones, se concedía la libertad a los prisioneros y a los esclavos, y los romanos cometían todo tipo de excesos con la bebida y la comida con orgías, bacanales, bailes de máscaras, banquetes públicos y espectáculos desenfrenados que estaban prohibidos el resto del año.
También se realizaban sorteos de lotería y se permitía la realización de juegos de azar, como el de los dados.
El 23 de Diciembre, como fin de las fiestas, tenía lugar un gran acontecimiento cósmico: el Solsticio de Invierno, el día más corto del año en que moría el viejo sol y nacía uno nuevo que irá creciendo desde ahora hasta alcanzar su máximo en el solsticio de verano, en junio. Este solsticio de invierno, dedicado también al dios Jano, es también el momento de sembrar lo que se va a cosechar en verano. Ese día se celebraban también las Larentales: fiestas de carácter funerario en las que se ofrecía un sacrificio a Acca Larentia, la mujer que crió a Rómulo y Remo.
SOL INVICTUS:
Tras el final de la Saturnalia, el 25 de diciembre, se celebraba el nacimiento del Sol o la fiesta del Natalis Solis Invictis (nacimiento del sol invencible) personificado en el dios Mitra, culto de orígenes asiáticos, muy venerado en Roma, especialmente entre los soldados. Era una fiesta dedicada también al dios egipcio del sol, Osiris, hijo de Ra, nacido de una virgen (Isis) que seguía siendo virgen después del alumbramiento, y al dios iranio del cielo y de la luz Mitra, que alcanzó gran popularidad, siendo el primer dios monoteísta entre los romanos.
OTRAS FIESTAS:
Después del día 25, empezaba el festival de Sigillaria, dedicado, sobre todo, a hacer regalos a los niños: anillos, muñecos de terracota, sellos, tablas de escritura, dados, pequeños objetos, monedas y bolsas llenas de canicas. La gente decoraba las casas con plantas verdes, encendían velas para celebrar la vuelta de la luz y se colgaban figuras de los árboles que estaban plantados en la tierra (pero no metían árboles dentro de casa. La tradición del árbol de Navidad tiene sus orígenes en el siglo XVI).
El 26 de Diciembre se celebraba otra fiesta: la Hâloa, fiesta helénica en la que se venera a la diosa Deméter en su manifestación del campo labrado preparado para la siembra. Era una fiesta sólo para mujeres de todas las clases sociales que se caracterizan por la ostentación de símbolos sexuales, burlas groseras, divertidos chistes y lesbianismo. Coincidiendo con la fiesta de Deméter, los campesinos celebran las Dionisíacas, en honor al dios Dionisos, con procesiones fálicas, mascaradas nocturnas y danzas enloquecidas.
El 28 de Diciembre, nuestra Fiesta de los Inocente, es una rememoración en las bromas e inversiones en las que todo está permitido.
El 31 de Diciembre era la noche anterior a las Strenas. Es el fin del año solar y se celebraba con hogueras y mucho bullicio. Es una fiesta purificadora y de renovación en la que se hacen ofrendas a la diosa Strenia, bajo cuyo auspicio se inicia el Año Nuevo.
El 6 de enero era la fecha de conmemoración de la "fiesta de la Luz", que celebraba el nacimiento del Sol y, en Alejandría, la noche del 5 al 6 de enero se recordaba el nacimiento del Tiempo, Aion, con una procesión de antorchas hasta el templo de Korion. En la procesión se entonaba el siguiente canto "La virgen ha dado a luz, la luz aumenta, la Virgen ha dado a la Luz, el Aion". Este culto pasa a la cultura griega y por eso al cristianizarse, en el imperio de Oriente, la religión ortodoxa griega, celebra actualmente el nacimiento de Jesús el 6 de enero, mientras que en Occidente se instituye la Epifanía o fiesta de visitación de los Reyes de Oriente al niño Jesus.
EL ORIGEN DE LA NAVIDAD ACTUAL:
Tras la muerte y resurrección de Jesucristo, los cristianos de tradición judaica, solamente celebraban la Resurrección y Pentecostés.A partir del siglo tercero de nuestra era, cuando se empiezan a conmemorar otras fiestas religiosas. El cristianismo primitivo tomó las fechas de las antiguas conmemoraciones paganas, incorporándolas a sus ritos.
Hacia la época del Emperador Constantino I (272-337), el cristianismo había avanzado muy poco y Roma era todavía pagana. En el año 321, Constantino legalizó el cristianismo, y declaró que el día del “nacimiento del sol invencible”, que se celebraba el 25 de diciembre, como una nueva fiesta cristiana para celebrar el nacimiento de Cristo, que era considerado como “la luz del mundo”. Así, no se alteraba el calendario romano, y las tradiciones paganas se fueron adaptando al cristianismo. En el 350, el papa Julio I reconoció oficialmente el 25 de diciembre como la Fiesta de la Navidad, aunque parece bastante claro que Jesucristo no nació en diciembre. Es muy improbable que los pastores durmiesen con sus ovejas a la intemperie en diciembre, cuando las temperaturas en Judea caían hasta bajo cero y era época de lluvias. Se ha especulado con muchas fechas: el 16 de mayo, el 9 o 20 de abril, el 29 de marzo,…pero es algo imposible de averiguar con certeza. Algunos estudiosos del tema aseguran que la Estrella de Belén que guió a los tres Reyes Magos —probablemente, una conjunción de Venus y Júpiter— ocurrió el 17 de junio del año 2 a.C. y, según esta aproximación, Jesús pudo haber nacido en algún momento entre los años 4. y 2 a.C.
Io Saturnalia! Ave Sol Invictus!
Omnia Felicia et fausta!
¡Feliz Navidad!
MALA ME FECIT ET SCRIPSIT