Entre las numerosos rituales de expiación que los romanos celebraban durante el mes de febrero, el día 21 está dedicado a las Feralia, fiesta de carácter público con la que culminaban la novena de los dies Parentales o Parentalia (que abarcaba del 13 al 21 de febrero) durante la cual cada familia honraba de modo privado a sus difuntos los ocho primeros días, visitando las tumbas de éstos para ofrecer sal, cereales o flores a sus almas errantes y realizando ofrendas (parentare) a los espíritus de los antepasados (cf. Ovid., Fasti, II, 534), y el noveno (Feralia) se celebraba una fiesta pública, entre cuyas ceremonias se incluía un ritual de magia negra que honraba a los difuntos conducido por una vieja en honor a la diosa Tácita-Muta o Lara (madre de los dioses gemelos conocidos como Lares), que había sido castigada por Júpiter a vivir en el reino del silencio perpetuo, donde moraban los dioses Manes, al haber avisado a la ninfa Yuturna del plan del dios para violarla.
Ecce anus in mediis residens annosa puellis
sacra facit Tacitae (vix tamen ipsa tacet),
et digitis tria tura tribus sub limine ponit,
qua brevis occultum mus sibi fecit iter:
tum cantata ligat cum fusco licia plumbo,
et septem nigras versat in ore fabas,
quodque pice adstrinxit, quod acu traiecit aena,
obsutum maenae torret in igne caput;
vina quoque instillat: vini quodcumque relictum est,
aut ipsa aut comites, plus tamen ipsa, bibit.
'hostiles linguas inimicaque vinximus ora'
dicit discedens ebriaque exit anus.
Ovid., Fasti, II, 571-582
El ritual está dedicado por extensión a las almas incorpóreas de los difuntos incapaces de comunicarse con los vivos, tal como revela el contexto de silencio de la ceremonia, relacionado de forma visible con la inmovilidad de las lenguas que guardan silencio mientras la vieja practica sus rituales sentada en una postura inhabitual para hacer sacrificios, pero que propicia un mejor contacto con el mundo de los muertos. Relacionado también con las bocas que, tras la muerte, han sido selladas con habas negras, con el inmovilismo corporal de los hilos ligados en torno a un metal pesado como es el plomo y con el color negro de la pez, de las habas o del propio plomo.
Según Ovidio, Fasti, II, 569-570, el 21 de febrero recibe el nombre de Feralia, ya que en él se llevan (ferunt) a los muertos las ofrendas obligadas y es el último día para aplacar a los dioses de los difuntos.Hanc, quia iusta ferunt, dixere Feralia lucem;
ultima placandis manibus illa dies.
MALA HOC SCRIPSIT