sábado, 27 de marzo de 2010

27 DE MARZO- DÍA MUNDIAL DEL TEATRO: SPECTATORES SUMUS ET IN TEATRO SPECTAMUS

Se acaba de celebra el día mundial del teatro, celebración instituida en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro (IIT) y nuestras ciudades han organizado múltiples eventos teatrales para conmemorar este día.

Por lo mucho de debemos al teatro romano para que esta fecha pueda celebrarse hoy en día y porque, estos últimos días de clase antes de las vacaciones de Semana Santa, estamos estudiando en los diversos cursos de latín del IES El Pla el género de la comedia romana y su pervivencia, debidamente contextualizado en su entorno general literario, arquitectónico y cultural, vamos a escribir sobre los espectadores romanos y su papel en la escena romana.
 

El teatro grecorromano sigue entre nosotros, por una parte, en las comedias de los grandes dramaturgos latinos que hoy en día siguen estudiándose, editándose, traduciéndose a diversas lenguas e interpretándose en teatros de todo el mundo. Por otra parte, en los restos arqueológicos de los edificios teatrales que se hallan repartidos por casi todas las ciudades del vasto imperio romano y que, hoy en día, convenientemente restaurados y acondicionados a las necesidades del público moderno, siguen siendo el escenario por excelencia de numerosas versiones y adaptaciones del drama romano.
El teatro es literatura para ser percibida y gustada a través de los ojos y de los oídos de una pluralidad de personas que los romanos llamaron spectatores, es decir, los que esperan algo de los actores y de la obra que ven y escuchan en el transcurso de la representación dramática, y de cuyo aplauso dependía el éxito de los cómicos, la supervivencia de los autores y la vigencia de sus obras.
Así pues, el público desempeñaba el papel determinante en las representaciones teatrales romanas, las cuales desde un principio fueron accesibles a todas las clases sociales, incluidas las no libres. Ello es debido a dos razones fundamentales: en primer lugar el carácter estatal de los espectáculos, sufragados totalmente por los ediles que buscaban apoyos políticos y electorales, siendo, por tanto, gratuitos para el público; y en segundo lugar, su celebración en días festivos (más de 200 al año para los romanos) que permitían la asistencia al teatro de todo el mundo sin tener que descuidar sus necesidades laborales.
En las gradas de los teatros romanos, construidos para albergar un aforo enorme de público, se acumulaba una masa ingente e heterogénea de personas (se calcula que entre 5000 y 15000) de toda condición social y cultural y de cualquier edad y sexo: libres de distintos niveles socioeconómicos, esclavos y sirvientes, matronas y nodrizas con niños pequeños y bebés, prostitutas,…. En este punto cabe recordar que, en teoría (porque en la práctica no debió respetarse del todo), el graderío del teatro romano estaba dividido en tres sectores, separados por pasillos, donde se colocaban los espectadores según la clase social a que pertenecieran: la ima cavea o sector inferior, ocupado por las autoridades políticas (altos magistrados, senadores,…) y por los miembros del orden ecuestre; la media cavea o sector intermedio, para los ciudadanos de clase media; y la summa cavea o sector superior, donde se situaban los más pobres, las mujeres, niños y esclavos.

Estos convertían el recinto en una autentica jaula de grillos con su comportamiento, ya que solían comportarse de forma bastante grosera enfrentándose entre sí y “armando pelea” por cualquier razón, o mostrando su disconformidad con la obra o con los actores con pitidos, aplausos, pateos, insultos, voces, peleas en las gradas, etc. En este contexto, no cuesta imaginar cómo los actores, protegidos por sus máscaras, habían de esforzarse para hacerse oír teniendo como ruido de fondo el bullicio del público. 

Y precisamente, esta singular variedad de espectadores, unido a la gran capacidad de aforo con que contaban los teatros romanos, trajo como consecuencia lógica el triunfo de unos géneros dramáticos sobre otros y el singular desarrollo de la comedia latina en detrimento de la tragedia. 
 PÚBLICO ACTUAL ASISTENTE A UNA REPRESENTACIÓN DRAMÁTICA EN EL TEATRO ROMANO DE MÉRIDA (BADAJOZ)
Mala scripsit

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